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viernes, 26 de julio de 2013

Podría salir libre la "Reina del Pácifico"

MIAMI (AP) — La mexicana Sandra Avila Beltrán, conocida como la "Reina del Pacífico", fue condenada el jueves a 70 meses de prisión en un tribunal federal de Miami por ayudar a un narcotraficante a evadir la justicia, y su abogado señaló que la mujer podrá ser deportada a México en aproximadamente un mes.

El juez Michael Moore, no obstante, consideró que el plazo de prisión debía contarse desde que Avila Beltrán fue detenida en México el 28 de septiembre de 2007, por lo tanto la condena de 5 años y ocho meses de prisión se habría cumplido en mayo pasado, al considerar también los once meses que lleva detenida en Miami.

Al revelar la condena, Moore accedió al pedido del abogado defensor Stephen Ralls, que había solicitado al magistrado que le diera por cumplida la sentencia a la mexicana con los cinco años de prisión que había pasado en México y en Miami.

De acuerdo con la ley, le correspondía una condena de entre entre 70 y 87 meses de prisión, es decir entre 5 años y ocho meses y siete años y dos meses de prisión.

"Ya cumplió por el tiempo que estuvo detenida en México y en Estados Unidos", manifestó Ralls en una improvisada rueda de prensa al término de la audiencia. "A ella le dio gusto la sentencia, pero también tristeza porque tuvo que pasar seis años peleando su inocencia", manifestó el abogado.

Explicó que Avila Beltrán será deportada a México en aproximadamente un mes, donde cumplirá con el año de libertad condicional que le fue impuesto. Dijo que desconocía si "La Reina del Pacífico" enfrenta acusaciones en su país, donde viven su madre, su hijo y sus hermanos.

Un funcionario de la Procuraduría General de la República en México, que pidió no ser identificado por no estar autorizado a hablar públicamente del caso, dijo el jueves a la AP que no había ya ningún cargo pendiente en su contra, por lo que una vez que sea deportada al país no se prevé que sea detenida.

El abogado aclaró que su clienta no quedará en libertad mientras permanezca en Estados Unidos, sino que "inmediatamente va a custodia de las autoridades de inmigración, que la van a deportar".

"No sé cuánto tiempo lleve la deportación. Espero que no sea más de un mes (hasta que la deporten)", señaló el abogado tras manifestarse satisfecho con la condena.

Con el fin de obtener una condena más leve, la mexicana de 52 años selló en abril un acuerdo con la fiscalía y se declaró culpable de haber ayudado a ocultarse de las autoridades a su ex novio, el colombiano Juan Diego Espinosa Ramírez. El hombre, que se desempeñaba como enlace entre el cartel mexicano de Sinaloa y el cartel del Norte del Valle de Colombia, se había declarado culpable de acusaciones relacionadas con el tráfico de cocaína en 2009.

En 2004 Estados Unidos había acusado a Avila Beltrán de asociación ilícita para importar cocaína y asociación ilícita para distribuir al menos 100 kilogramos de esa droga en Estados Unidos.

En su declaración de culpabilidad, Avila Beltrán admitió que facilitó dinero a Espinosa para que viajara y se hospedara sin ser arrestado en México, entre 2002 y 2004.

En la audiencia realizada en los tribunales federales del centro de la ciudad Avila Beltrán lució relajada y sonriente. No quiso efectuar declaraciones al juez, y sólo se limitó a responderle que sí entendía la sentencia cuando el juez se lo preguntó.

Vestida con traje de pantalón y camisola beige de presidiario, llevaba grilletes en sus tobillos, pero no tenía esposas. Su larga cabellera lacia negra entrecana estaba arreglada prolijamente y le llegaba hasta más abajo de su cintura. La mujer llevaba auriculares en sus oídos para escuchar la traducción de la audiencia del inglés al español.

Al término de la audiencia de cerca de media hora, Avila Beltrán se dio vuelta hacia donde estaba el público y saludó a una sobrina que había acudido a verla.

La mujer no quiso revelar su nombre ni dijo si había viajado desde México. Sólo declaró a la prensa que sentía feliz.

Avila Beltrán fue extraditada desde México hace casi un año, a comienzos de agosto del 2012, y desde entonces permanece detenida en una prisión federal del centro de Miami, ubicada a pocos metros del tribunal donde se realizó la audiencia.

Otro juez federal, el magistrado Patrick White, le había negado la libertad condicional bajo fianza, al considerar que existía riesgo de que la mexicana se fuera del país.

Sobrina del narcotraficante mexicano Miguel Angel Felix Gallardo, Avila Beltrán fue capturada en México en 2007, mientras permanecía en un restaurante. La mujer manifestó al principio que era inocente y que se ganaba la vida vendiendo ropa.

"El Padrino" del narcotráfico mexicano, como se lo conoce a Gallardo, purga una condena de 40 años de cárcel por el asesinado del agente antidrogas estadounidense Enrique Camarera, en 1985, y por otros delitos.

En un documento de 20 páginas presentado al juez el 12 de julio, los abogados de Avila Beltrán le pidieron a Moore que tuviera en consideración al momento de la sentencia una serie de hechos que impactaron negativamente la vida de la mujer, entre ellos la muerte de una hermana menor cuando ella era niña, el asesinato de su esposo y de otro hombre con el que formó pareja posteriormente (ambos policías), la muerte de un bebé recién nacido que tuve de manera prematura, y el secuestro de su hijo Silvestre en 2002, cuando el chico tenía 15 años a manos de captores que le reclamaban cinco millones de dólares para liberarlo y la amenazaban con matarlo si no lo hacía.

En el documento, los abogados relataron cómo conoció en el año 2000 a Espinosa en una fiesta de cumpleaños familiar y aseguraron que ella fue una víctima y lamenta lo que ha sucedido. Le pidieron al magistrado que le permitiera volver a México para cuidar a su madre, que padece cáncer.

Sobre el encuentro con Espinosa, indicaron que en julio del 2002, Avila Beltrán supo que las autoridades mexicanas buscaban a Espinosa por narcotráfico y determinó que "haría todo lo que estuviera a su alcance para mantener a Juan Diego a su lado todo el tiempo que fuera posible".

Espinosa vivió en la ciudad de México durante cinco años, escondiéndose, y durante ese tiempo mujer le "suministró dinero que necesitaba para trasladarse de un lugar a otro y para mantener un tipo de vida confortable", reveló el documento firmado por sus abogados.

De acuerdo con los abogados, debido a la soledad que ha sufrido en la prisión en Miami, la mexicana sufre de ansiedad y depresión. No puede dormir, vomita con frecuencia y toma medicinas antidepresivas, al tiempo que teme por la seguridad de su hijo y de su familia en México.

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