Tras haber sido “levantado” por sicarios Brutal asesinato de altarense

Apareció a un costado de la brecha que va al Sásabe hoy al mediodia; conmociona la tragedia
Martín Alberto Mendoza
Altar, Son.- Casi doce horas después de que fuera sacado con lujo de violencia de su hogar, ante la nula vigilancia policíaca, el médico veterinario Zooctenista, Lawrence Rivera Vidrio, fue encontrado sin vida hoy al mediodía a un costado de la brecha que conduce de Altar al Sásabe, con heridas producidas con proyectiles de arma de fuego.
Rivera Vidrio, de 32 años de edad, se sumó a la larga lista de víctimas que ha cobrado la incesante violencia que se abate en la región Noroeste de Sonora, en los últimos días, sin que autoridades policíacas den muestras de capacidad para frenar el oleaje criminal, que ha comenzado a generar psicosis entre la población.
Rivera Vidrio, fue encontrado poco antes de la una de la tarde, en un paraje cercano al lugar conocido como “Los Molinos”, ubicado a unos 35 kilómetros al Norte de la carretera Altar-Sáric, en el interior de su vehículo, tipo vagoneta, marca Ford, línea Escape, de color blanco y modelo 2008.
Cerca de doce horas antes, el profesionista de la medicina veterinaria, fue sacado violentamente de su hogar por cinco sujetos que se cubrían el rostro con pasamontañas y portaban armas largas de fuego, al parecer “cuernos de chivo”.
El comando criminal irrumpió en el hogar de Rivera Vidrio, alrededor de la 1:15 de la mañana, en calle Francisco Márquez, en la colonia Infonavit Niños Héroes, ubicada en la prolongación Oeste de la periferia urbana de la población.
Se encontraba acompañado de su esposa Celina Grijalva Quihuis, quien ese momento se hallaba lavando ropa, ya que acababan de llegar de fuera de la localidad.
Aunque la puerta de la residencia estaba cerrada no tenía los dispositivos de seguridad y esto fue aprovechado por los sicarios que penetraron atropelladamente y al mismo tiempo que apuntaron con sus armas al profesionista lo obligaron a salir de su hogar, no sin antes advertirle a la señora que no hiciera ningún movimiento.
Sometido, Rivera Vidrio, se encaminó hacia la salida de su vivienda, mientras que su esposa acudió a atender a una pequeña de 9 meses de nacida, siendo seguida por uno de los sujetos y al ver esto el médico veterinario les pidió a los sujetos que no le hicieran daño a su esposa y su bebita.
Presuntamente los sujetos llegaron al lugar en un vehículo, tipo pick up, doble cabina, y se retiraron en el mismo llevándose tres de ellos a su víctima, mientras que los otros dos abordaron la camioneta Escape y se retiraron hacia el lado Norte.
Según huellas localizadas horas más tarde, los sujetos enfilaron por la parte posterior de la unidad deportiva Manuel “Maquío” Clouthier, para luego tomar la calle primera hasta llegar a la avenida Ignacio Allende, también conocida como 9/16.
Presuntamente los sujetos tomaron algunas veredas que los condujeron un kilómetro delante de la caseta de cobro de la llamada brecha.
Después continuaron su camino de muerte hasta llegar a un paraje cercano al punto conocido como “Los Molinos”, donde fue localizada la camioneta con el cadáver del joven profesionista, con varios impactos de bala.
El hallazgo, fue hecho por el operador de un vehículo tipo Vans, del transporte público, que es utilizado para el traslado de migrantes de Altar al Sásabe.
Hasta ese sitio acudieron elementos de la Policía Estatal Investigadora, para iniciar las primeras pesquisas del horrendo crimen en apoyo a personal de la Agencia Primera del Ministerio Público del Fuero Común que acudió a dar fe de los restos mortales de Rivera Vidrio, que además se desempeñaba como comerciante en el ramo de la juguetería y miscelánea.
Lawrence Rivera Vidrio, era hijo de la regidora del Partido Acción Nacional, Martha Elsa Vidrio Federico y de Rafael Rivera, ex dirigente municipal de ese instituto político en este municipio.

Pie de fotos…
Escenas del sitio donde fue localizado el vehículo y el cuerpo sin vida del médico veterinario zooctenista, Lawrence Rivera Vidrio, quien fue asesinado por un grupo de sicarios en un paraje situado a un costado de la brecha Altar-Sásabe.