México, DF
Ordenó diversos asesinatos en la banda para ‘amarrar’ el control; está acusado de matar militares.
Fuerzas federales detuvieron en San Pedro Garza García, Nuevo León, a Juan Manuel Rodríguez García o Juan Manuel Rodríguez Larios, Juan Perros, quien asumió en 2013 el liderazgo del cártel del Golfo.
Este sujeto no fue reconocido por diversas facciones, lo que generó una guerra en el grupo criminal asentado en Tamaulipas.
Juan Perros tomó el control del cártel tras la detención de Mario Armando Ramírez Treviño, ocurrida en agosto de 2013, y de inmediato ordenó el secuestro masivo de migrantes para que se unieran a la banda. Quienes se negaban eran asesinados.
A este sujeto se le responsabiliza también de la muerte de cinco elementos del Ejército mexicano y de ordenar el asesinato de integrantes de Los Zetas en diversos municipios tamaulipecos.
Asimismo, se le acusa de apoyar a varias células criminales con dinero, armamento y vehículos; estas facciones disputan el control de Tampico con otra parte del cártel del Golfo.
Lo anterior fue dado a conocer por el titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Monte Alejandro Rubido García, quien dijo que Juan Perros es uno de los 12 objetivos de “atención prioritaria” que se fijó el gobierno federal en la estrategia de seguridad en Tamaulipas.
Con la detención de esta persona, señaló, suman tres blancos prioritarios neutralizados, pues el pasado 14 de mayo se anunció la aprehensión de Fernando Martínez Magaña y tres días después la de Francisco Ramírez Rivera o Juan Fernando Álvarez Cortez.
En el hangar de la PGR en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el funcionario federal dijo que Rodríguez García ejercía el control en ese grupo delictivo mediante actos violentos, como la eliminación de elementos que no eran afines a sus intereses.
Esta situación generó una ola de violencia en Reynosa, Matamoros, Río Bravo, Tampico y Valle Hermoso.
“El detenido fungía como responsable del trasiego de droga, dinero y armas a través de los puentes fronterizos, no solo de su propia organización, sino que cobraba derecho de piso a otros grupos delictivos que pretendían utilizar la frontera de Tamaulipas.