¡Hoy Toca! “Importamadrismo en el Hospital General de Caborca”
Por Marcos Fco. López Robles
¡Hoy Toca! El Hospital General de Caborca, en serio si usted o un familiar requiere del servicio médico y cae al hospital General de Caborca, mi querido lector póngase la armadura de la PACIENCIA, porque la va ocupar en cada paso que de dentro del nosocomio, desde el trato de los trabajadores de la limpieza hasta el de los empleados de alto nivel que allí atienden o más bien dicho mal atienden.
A su servidor le toco pagar el precio de ser el atrevido que se animo a publicar la nota “Sufren viacrucis para donar sangre en el hospital general” publicada el día 3 de abril en este mismo espacio informativo con firma de mi amigo y compañero periodista Eduardo Ortiz León; pues pronto pague mi osadía de ponerme con sansón a las patadas, porque me fue como en feria, la verdad ahorita no sé si fue con toda la mala intención o fue simplemente un caso más, como los cientos que a diario deben de ocurrir en este maldito nosocomio, donde cada quien jala para donde le da su rechingada gana.
Perdone la expresión pero es a causa del trato recibido, y por la bola de ineptos que laboran allí, y aclaro no todos porque en la tarde del martes 14 de abril después a las cinco nos atendieron dos enfermeras que para que les cuento amables y serviciales, es mas ya ve que los guardias tienen mala fama pues allí estaba un señor esa misma tarde que se porto excelente; pero al maldito día siguiente en la mañana del jueves 15 todo cambio, era otra la cosa, el asunto es que en medio del pinche burocratismo te carga la chingada en ese hospital, un familiar cercano de su servidor fue internado el Martes y fue intervenido quirúrgicamente el Miércoles a las 10 de la mañana, pues bien uno como familiar lógico siente preocupación por la salud del familiar, después de tres horas de espera, -de una cirugía que dura una hora cuarenta minutos-, la impaciencia hace presa de cualquiera; lo malo es que al querer averiguar si no conoces algún médico o eres amigo de fulano o zutano te pegas tres pelones de riata, porque nadie, nadie en el hospital te dice como esta tu familiar, en pocas palabras les vale madre.
El asunto es que su servidor pasa las de Caín, antes de saber que pasaba, a las tres horas y media pues a huevo te entra el calambre, al fin pasa por donde estaba su servidor un medico conocido y se le pide de favor que averigüe sobre lo antes hablado, mismo que minutos después regresa y para fortuna todo había salido bien y el paciente estaba reaccionado satisfactoriamente, pero no lo pasaban a su cuarto porque no había una maldita camilla para hacerlo, cárgame la chingada por una camilla se me subió el azúcar.
Pues bien después de eso, pides a todos los cielos que ya no ocurran nada, y que todo continúe sobre ruedas, pues bien al chico rato de seguir allí, me entregan una receta, en la cual me indican que compre dos tipos de medicamentos en la farmacia del mismo hospital, pues bien hay voy, chicoteado, pero al llegar encuentro a un sujeto en una ventanilla que dice caja y le digo que ocupo medicamentos, el sujeto me indica con su dedo que el pedo no es con él, si no en la ventanilla donde dice farmacia –idiota- me dije a mi mismo que no sabes leer, pero como por inercia te dejas ir a donde miras una persona lógico, las dos ventanillas están separadas por escasos 50 centímetros pues a huevo que me fui a donde estaba este señor, que según es cajero, pues bien cambio de ventanilla con un paso a mi derecha y espero, espero, espero, espero, a una chica de nombre Claudia creo, que es la encargada de vender los medicamentos, pues bien después de esperar no sé si 5, 6, 9, 10 minutos llega la enfermera que me dio la receta buscando a la mujer –que aun no llegaba- y se entabla una charla entre ella y el cajero, y pues como su servidor estaba allí no puede evitar escuchar la conversación, y ahí están, que no hay tal medicamento, que ella se quedo con la original, y pa’ pronto mencionan un medicamento que ocupaba su servidor y que según no había allí, y pues con la pena salí a buscarlo a la calle, dije si sigo esperando y no hay este pues mejor me voy a la calle a comprar los dos y tan tan.
Pues bien después regreso y al querer entrar a dejar el medicamento al cuarto donde estaba el enfermo, miro a dos mujeres afanadoras o cocineras no se que eran pero allí estaban, y le digo a una de ellas -por pura pinche cortesía- que voy a pasar a dejar el medicamento y pa’ pronto me dice “pues yo no sé, espere al guardia a que le de permiso”, pero como ya traía el azúcar hasta la madre, me azucare mas y me importo poco lo que esta mujer me dijera y me metí a dejarlo. El asunto es no lo que te digan, si no como te lo dicen, allí está la bronca.
La verdad no se qué está pasando allí, no sé si es falta de carácter de los jefes, o simplemente dejan que cada quien haga lo que le dé la gana.
No hay una persona que vigile el trabajo de los empleados que a final de cuentas eso son, empleados del gobierno.
No me gustaría pensar que la Directora del Hospital Sandra de la Herrán Villapudua está haciendo algo mal en su trabajo, al no vigilar de cerca el comportamiento de los empleados, en fin me acuerdo cuando estaba el Dr. Reyes Lafarga de Director era otra historia, se le miraba al doctor visitar a los enfermos, a todas horas, llegaba y te preguntaba cómo te atienden, que se te ofrece, y sin burocratismos estúpidos sacaba las cosas adelante.
En fin esos eran otros tiempos, pues bien ya para finalizar este asunto, déjeme hacerle esta recomendación agarre aire y respire profundo y defiéndase, no se deje pisotear por ninguna persona del Hospital General, dígales cuantas son cinco si lo tratan mal, y denúncielos por eso están así y hacen lo que les da la gana… REPITO no todos son así afortunadamente y si hay gente que está comprometida con su trabajo, pero por un mal empleado la llevan todos.
De esto se le dio conocimiento en su momento al Director de la Jurisdicción Sanitaria Numero II Dr. Ramiro Laguna Montiel vía telefónica, quien se encontraba en la ciudad de Hermosillo, mismo que manifestó que le mencionaría este asunto a la Sub Directora del Hospital y que pasaría a buscar a su servidor a la sala de espera, lo que nunca ocurrió, ya que la mujer no se presento.
Si eso hacen con uno, que no harán con otra gente que no habla ni se defiende; y la verdad hay más que comentar pero aquí la dejo por cuestiones de espacio. Mande sus quejas del Hospital General al Email: elsoldecaborca@hotmail.com iniciamos campaña basta de atropellos.
Mañana Toca (¿?) No se la Pierda.
¡Hoy Toca! El Hospital General de Caborca, en serio si usted o un familiar requiere del servicio médico y cae al hospital General de Caborca, mi querido lector póngase la armadura de la PACIENCIA, porque la va ocupar en cada paso que de dentro del nosocomio, desde el trato de los trabajadores de la limpieza hasta el de los empleados de alto nivel que allí atienden o más bien dicho mal atienden.
A su servidor le toco pagar el precio de ser el atrevido que se animo a publicar la nota “Sufren viacrucis para donar sangre en el hospital general” publicada el día 3 de abril en este mismo espacio informativo con firma de mi amigo y compañero periodista Eduardo Ortiz León; pues pronto pague mi osadía de ponerme con sansón a las patadas, porque me fue como en feria, la verdad ahorita no sé si fue con toda la mala intención o fue simplemente un caso más, como los cientos que a diario deben de ocurrir en este maldito nosocomio, donde cada quien jala para donde le da su rechingada gana.
Perdone la expresión pero es a causa del trato recibido, y por la bola de ineptos que laboran allí, y aclaro no todos porque en la tarde del martes 14 de abril después a las cinco nos atendieron dos enfermeras que para que les cuento amables y serviciales, es mas ya ve que los guardias tienen mala fama pues allí estaba un señor esa misma tarde que se porto excelente; pero al maldito día siguiente en la mañana del jueves 15 todo cambio, era otra la cosa, el asunto es que en medio del pinche burocratismo te carga la chingada en ese hospital, un familiar cercano de su servidor fue internado el Martes y fue intervenido quirúrgicamente el Miércoles a las 10 de la mañana, pues bien uno como familiar lógico siente preocupación por la salud del familiar, después de tres horas de espera, -de una cirugía que dura una hora cuarenta minutos-, la impaciencia hace presa de cualquiera; lo malo es que al querer averiguar si no conoces algún médico o eres amigo de fulano o zutano te pegas tres pelones de riata, porque nadie, nadie en el hospital te dice como esta tu familiar, en pocas palabras les vale madre.
El asunto es que su servidor pasa las de Caín, antes de saber que pasaba, a las tres horas y media pues a huevo te entra el calambre, al fin pasa por donde estaba su servidor un medico conocido y se le pide de favor que averigüe sobre lo antes hablado, mismo que minutos después regresa y para fortuna todo había salido bien y el paciente estaba reaccionado satisfactoriamente, pero no lo pasaban a su cuarto porque no había una maldita camilla para hacerlo, cárgame la chingada por una camilla se me subió el azúcar.
Pues bien después de eso, pides a todos los cielos que ya no ocurran nada, y que todo continúe sobre ruedas, pues bien al chico rato de seguir allí, me entregan una receta, en la cual me indican que compre dos tipos de medicamentos en la farmacia del mismo hospital, pues bien hay voy, chicoteado, pero al llegar encuentro a un sujeto en una ventanilla que dice caja y le digo que ocupo medicamentos, el sujeto me indica con su dedo que el pedo no es con él, si no en la ventanilla donde dice farmacia –idiota- me dije a mi mismo que no sabes leer, pero como por inercia te dejas ir a donde miras una persona lógico, las dos ventanillas están separadas por escasos 50 centímetros pues a huevo que me fui a donde estaba este señor, que según es cajero, pues bien cambio de ventanilla con un paso a mi derecha y espero, espero, espero, espero, a una chica de nombre Claudia creo, que es la encargada de vender los medicamentos, pues bien después de esperar no sé si 5, 6, 9, 10 minutos llega la enfermera que me dio la receta buscando a la mujer –que aun no llegaba- y se entabla una charla entre ella y el cajero, y pues como su servidor estaba allí no puede evitar escuchar la conversación, y ahí están, que no hay tal medicamento, que ella se quedo con la original, y pa’ pronto mencionan un medicamento que ocupaba su servidor y que según no había allí, y pues con la pena salí a buscarlo a la calle, dije si sigo esperando y no hay este pues mejor me voy a la calle a comprar los dos y tan tan.
Pues bien después regreso y al querer entrar a dejar el medicamento al cuarto donde estaba el enfermo, miro a dos mujeres afanadoras o cocineras no se que eran pero allí estaban, y le digo a una de ellas -por pura pinche cortesía- que voy a pasar a dejar el medicamento y pa’ pronto me dice “pues yo no sé, espere al guardia a que le de permiso”, pero como ya traía el azúcar hasta la madre, me azucare mas y me importo poco lo que esta mujer me dijera y me metí a dejarlo. El asunto es no lo que te digan, si no como te lo dicen, allí está la bronca.
La verdad no se qué está pasando allí, no sé si es falta de carácter de los jefes, o simplemente dejan que cada quien haga lo que le dé la gana.
No hay una persona que vigile el trabajo de los empleados que a final de cuentas eso son, empleados del gobierno.
No me gustaría pensar que la Directora del Hospital Sandra de la Herrán Villapudua está haciendo algo mal en su trabajo, al no vigilar de cerca el comportamiento de los empleados, en fin me acuerdo cuando estaba el Dr. Reyes Lafarga de Director era otra historia, se le miraba al doctor visitar a los enfermos, a todas horas, llegaba y te preguntaba cómo te atienden, que se te ofrece, y sin burocratismos estúpidos sacaba las cosas adelante.
En fin esos eran otros tiempos, pues bien ya para finalizar este asunto, déjeme hacerle esta recomendación agarre aire y respire profundo y defiéndase, no se deje pisotear por ninguna persona del Hospital General, dígales cuantas son cinco si lo tratan mal, y denúncielos por eso están así y hacen lo que les da la gana… REPITO no todos son así afortunadamente y si hay gente que está comprometida con su trabajo, pero por un mal empleado la llevan todos.
De esto se le dio conocimiento en su momento al Director de la Jurisdicción Sanitaria Numero II Dr. Ramiro Laguna Montiel vía telefónica, quien se encontraba en la ciudad de Hermosillo, mismo que manifestó que le mencionaría este asunto a la Sub Directora del Hospital y que pasaría a buscar a su servidor a la sala de espera, lo que nunca ocurrió, ya que la mujer no se presento.
Si eso hacen con uno, que no harán con otra gente que no habla ni se defiende; y la verdad hay más que comentar pero aquí la dejo por cuestiones de espacio. Mande sus quejas del Hospital General al Email: elsoldecaborca@hotmail.com iniciamos campaña basta de atropellos.
Mañana Toca (¿?) No se la Pierda.